El Día Internacional de Acción por la Salud de la
Mujer se origino el 28 de mayo de 1987 en el V Encuentro Internacional Mujeres
y Salud, fecha designada para tratar y emprender acciones sobre las diversas
causas de enfermedad y muerte que enfrentan las mujeres. Una de ellas es la
mortalidad materna, en el que un retraso de apenas unas horas puede determinar
la diferencia entre la vida y la muerte.
La mortalidad materna es un indicador de la
calidad de vida de la población. Sobre todo en nuestro país donde la pobreza
supera el 30%, el presupuesto asignado a Salud equivale solo al 2% del PBI y el
35% de las mujeres rurales - de 15 a más - son analfabetas. Según el reciente
Informe Mundial de Unicef, las mujeres de los países pobres tienen 300 veces
más posibilidades de morir durante el parto o por complicaciones derivadas del
embarazo, que las de naciones industrializadas.
Siendo el objetivo reafirmar el
derecho principalmente de las mujeres, a la salud sin exclusiones o
restricciones a lo largo de toda la vida -es así que a partir de esa fecha, se
han gestado diferentes iniciativas y campañas.
La Organización Panamericana de la
Salud(OPS) creó GenSalud -mediante su Programa Mujer, Salud y Desarrollo- para
conformar un portal de información sobre género y salud; poniendo a la luz las maneras
en las cuales la construcción social del género actúa para restringir el acceso
de las mujeres a los recursos de la salud.
Hasta la fecha, diversas iniciativas para abordar
el tema de la salud de la mujer, ha generado acuerdos y declaraciones entre países
y al interior de los mismos, llamando a la sociedad y gobiernos para eliminar y
reducir la amenaza de los dos tipos de cáncer más extendidos.
Cáncer de cuello uterino
Uno de los cánceres más frecuentes en la mujer y
se diagnostican más de 500 mil nuevos casos al año a nivel mundial -el 85% se
da en los países en desarrollo- entre ellos el Perú, y de este dato se
desprende que más de 200 mil mujeres en etapa económicamente activa fallecen
como consecuencia de esta enfermedad.
La prevención radica en el uso del preservativo
durante las relaciones sexuales aun con sus parejas estables, porque disminuye
el riesgo de contagio de todas las enfermedades de trasmisión sexual -HPV, VIH,
sífilis, hepatitis B, entre otras-. A esto se agrega el desarrollo, en los
últimos años, de vacunas profilácticas contra los subtipos más frecuentes de
HPV -los tipos 16 y 18- que protegen la aparición de lesiones precursoras del
Papiloma virus Humano. Al mismo tiempo, el uso del test de Papanicolau ha sido
el modo de screening que identifica a las lesiones que pueden llegar a
desarrollar cáncer; cuando son detectadas se indica la realización de una
Colposcopía con biopsia y su posterior estudio.
Cáncer de mama
Significa un grave problema sanitario y su
importancia ha aumentado en los últimos años. Dentro de los factores de riesgo
se pueden citar los siguientes: antecedente familiar con este tipo de cáncer
-por lo tanto, las hijas de mujeres con cáncer de mama tienen una posibilidad
dos o tres veces mayor que las de la población general, y más aún si fue antes
de la menopausia y bilateral- y las dietas altamente calóricas -con alto
contenido en grasas y proteínas de origen animal- facilitan su incidencia.
En relación a la dieta, se presenta como
primordial explicación, que puede afectar la síntesis de algunas hormonas, como
por ejemplo, los estrógenos y depósitos de agentes cancerígenos a nivel del
tejido adiposo. Al mismo tiempo, se han observado tasas más elevadas de este
cáncer en los grupos sociales de alto nivel socioeconómico. Respecto al ciclo
menstrual, se observa mayor presencia de cáncer de mama si la menarquía -la
primera menstruación- fue temprana o precoz y si la menopausia es tardía -por
encima de los 55 años.
Por ello como prevención, la enseñanza del
autoexamen mamario debe efectuarse mensualmente después de los 20 años. Ante la
comprobación de cualquier anomalía, se tiene que consultar con el médico.
El examen clínico médico de la mama y regiones
ganglionares satélites y
El estudio radiológico de la mama o mamografía.
La American Cancer Society recomienda que las mujeres se hagan una mamografía a
los 40 años de edad, una cada 12 o 24 meses cuando se tiene entre 40 y 50 y una
anual después de los 50. Los programas de detección de cáncer de mama de masas
poblacionales, realizados en diversos países, han dado resultados estimulantes
reduciendo las tasas de mortalidad en cifras significativas.
A pesar de grandes esfuerzos para avanzar en esta
área y así revertir las aberrantes cifras, es fundamental que desde el
ámbito público y privado se intensifique el trabajo en legislación que
favorezca y facilite la atención de la salud de la mujer y sea equitativa
su accesibilidad.